Monday, January 22, 2007


El impertérrito aburrido
O
La historia de la Burger Queen

(Dos amigos, aburridos, conversan sobre la disparidad de lo que les rodea, pero uno de ellos, victima de un absoluto abandono existencial auto inflingido no puede sacarse de la cabeza el tema recurrente … sexo)
No te preocupes, tu no eres otra cosa que un ego aburrido, nada mas, eres la perfecta imagen del aburrimiento, tu, eres el aburrido impertérrito que se regocija en su abrumadora soledad.
Soledad, esa es una palabra que nunca me ha llamado demasiado la atención, me parecía demasiado melodramática como para usarla.
Pero por desgracia tu eres el melodrama, no conozco persona mas melodramática que tu, simulando una y mil veces las reacciones que mas adelante esperas poder tener, como reaccionar ante una llamada que te avisa la muerte de un ser querido, como reaccionar cuando sin esperártelo alguien te hace suyo, como hablar y gesticular mientras le declaras a alguien real tus sentimientos, la verdad que haciendo un largo hilo de pensamientos me recuerdas a las jovencitas norteamericanas que al son de canciones no demasiado logradas se ponen ante el típico espejo modelo Hollywood años cincuenta rodeado de fotos de viriles y bien formados jóvenes y sueñan con que son coronadas reinas del baile de fin de curso, que imagen tan deliciosamente decadente, ¿no crees ? Esa es, a todas luces, la fotografía de la pomposa envidia de la juventud, cientos de jovencitas con barrocos vestidos de colores pasteles imposibles con una flor en la muñeca (¿perdón?) observando ensimismadas como la reina y su consorte rey ascienden a la tarima para que el director de turno la corone con una diadema de metacrilato pintado de plateado y decorada con pequeños cristales, en ese momento, el rey, al lado de la reina de la fiesta piensa y fantasea sobre lo bien que se lo podría pasar esa noche con la reluciente reina del baile en su coche en el asiento trasero, el, con los pantalones del esmoquin y los calzoncillos nuevos bajados hasta los tobillos, y ella abrazada a el con la cabeza de su rey hundida en su pecho, con las delicadas braguitas de puntilla rosa por los tobillos, aun con la flor en la muñeca y la corona casi ya totalmente caída por la altura de sus ojos desplazada por los impetuosos vaivenes de su rey, eso en los años cincuenta no pasaba, ninguna de los iconos adolescentes hicieron eso en ninguna de sus películas, pero fuera quizás si, pero sigamos con la retorcida imagen de la reina y su miembro rey convenientemente forrado de látex que hace retorcerse a su majestad de suave y erecto placer, cuando finalice, el, con sumo cuidado, dejara probablemente el futuro de la especie abandonado en la carretera yaciendo hasta su descomposición en el mismo forro de látex en el que fue vertido.
-Que triste!!
-Ya, pero en los ********** es habitual querido.